“I would rather test than talk” [2]
Quiero iniciar esta columna agradeciendo a Alfredo Pinto, amigo exembajador de Colombia en India, quien con su artículo sobre Byung Chun Han, me inspiró a leer apartes de su libro “la sociedad del cansancio”, sobre un tema que personalmente lo siento y vivo diariamente, lo proclamo con mi grupo de trabajo, diría casi todo los días, sobre el cansancio digital, la reducción de la empatía, de la depresión que genera el trabajo tan digital y en especial el resultado de la soledad y la preferencia por estar detrás oculto detrás de una pantalla cuando ni siquiera prende una cámara.
Si bien soy una fan de la nuevas y futuras tecnologías como parte del crecimiento exponencial, considero que quizás por el excesivo uso de ellas, estamos cambiando el orden de la sociedad “los rituales de la vida“, como comenta Alfredo, “la digitalización que nos brindó la pandemia, destruyó las“ estructuras y afectó el trabajo, para bien y para mal: “perder la estructura, puede llevar algunos a la depresión“, es mi caso y quizás muchos de mi edad o de la generación de los “milenials senior”.
Sherry Turkle [3] utiliza una expresión, en mis palabras, que me hace sentido “la tecnología nos acerca y nos aleja”, pero nos quitan el sabor de la cotidianidad de la vida. Menciona en su libro sobre un ejercicio que se hizo con unos jóvenes, al dejarlos sin celular por 5 días, mejoró la empatía entre ellos y el indicador de bien-estar.
Volver atrás es imposible, sin embargo, si se podría motivar espacios de no teléfono, y promover los espacios, que tanto nos gustan en nuestros talleres, de hacer consciente el sub-consciente, romper el record de los “7 minutos“, tiempo estimado en que una persona especialmente , la gente joven, resiste sin celular e influenciar que los menores de 40 [4] , no sólo silencien el celular sino lo apaguen.
Byung-Chul dice que la espiritualidad o la vida contemplativa ayuda a crear esa conciencia del daño mental, por así decirlo, expresión mía, de la hiperactividad y el nerviosismo y stress que ésta genera “la automatización de la vida activa alejada de la contemplación deriva en que el individuo se vuelve una máquina de rendimiento autista.”
“Convertirse en dicha máquina permite un alejamiento de las emociones negativas, como la tristeza o la rabia, emociones que son necesarias para la vida contemplativa”.
Este libro evoca a la reflexión, a la calma como cura el cansancio produce la multi-tarea, y el agotamiento de la virtualidad 15 horas, sin espacios de descanso, Dice Byung -Chul “que el agotamiento es del alma” “el cual no da fuerzas sino para la vida solitaria y no en comunidad” [5]
Quisiera concluir esta columna diciendo que celebro la tecnología, la data, la inteligencia artificial, el trabajo híbrido, el celular para oír y leer tantos libros, sin embargo, no cambio los espacios familiares o con amigos hablando al sabor de un café o simplemente mis momentos de contemplación oyendo el sonido que trae la naturaleza, como el de ahora, o mirando la puesta del sol o caída de la tarde o en la playa con el sonido de las olas del mar.
Con aprecio,
María Reina
María Reina Consultores “del ser para el hacer“
[1] Una expresión que recoge 2 palabras opuestas
[2] Sherry Turkle, “ reclaiming conversations “
[3] Idem
[4] Sherry comenta que las personas menores 40 nunca apagan el celular, lo dejan en silencio
[5] Gabriela Quintero
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