En este entorno iceberg, de tanta incertidumbre y a la vez de oportunidad, las teorías de liderazgo positivo han puesto énfasis en cómo las relaciones humanas contribuyen al bienestar organizacional. Sin embargo, aún falta profundizar en la importancia de lo colaborativo dentro de las organizaciones y dentro de la sociedad.

El fenómeno digital tan necesario también contribuye a la actitud de los individuos a estar comunicados con un móvil y no a formar comunidad. Se entiende que la colaboración es interesante pero no hacemos nada por fortaleces estas redes de trabajo en equipo.

Inspirándome en las enseñanzas de San Agustín, propongo una visión de liderazgo que prioriza la construcción de comunidad, la integridad, la coherencia y el amor como motores esenciales.

El liderazgo agustiniano se basa en el amor genuino entendido no solo como un sentimiento, sino como un camino para alcanzar conocimiento y construir vínculos sólidos con la comunidad, con los otros.  Ese amor incluye compasión y comprensión que cada ser humano es único.

Desde esta perspectiva, un liderazgo auténtico debería enfocarse en cuatro dimensiones:

• Foco en la comunidad: Priorizar el «nosotros» por encima del «yo».
• Integridad: Actuar con autenticidad y verdad, cultivando confianza.
• Empatía: Escuchar y comprender profundamente a las personas.
• Éxito con esfuerzo colaborativo: Alcanzar resultados no solo individuales sino de la comunidad, del grupo, de la sociedad.
• Esta propuesta supera el enfoque individualista de otras teorías de liderazgo, incorporando un llamado a fortalecer el sentido de pertenencia y a integrar valores éticos en el día a día organizacional.

Entiendo que para que una organización florezca, necesita líderes que no solo busquen resultados, sino que cuiden activamente las relaciones humanas, impulsando culturas de cuidado, respeto y colaboración. Desde “el Ser para el Hacer” de María Reina Consultores, esta visión es fundamental: construir comunidades organizacionales donde las personas puedan pertenecer, crecer y prosperar juntas.,

Con cariño,
María