Hoy el tema de la felicidad ocupa la agenda de los gerentes de las compañías, prácticamente porque es evidente que» mejores personas hacen mejores negocios». Finalmente comprendemos que sólo apostándole al capital humano tendremos una diferencia radical en el caminar de la empresa hacia la exponencialidad.
El tema de la felicidad no es nuevo, surge de la nueva corriente de la sicología positiva y que tiene que ver en mis palabras, con encontrar en el ser humano lo bueno y no lo malo.
Como seres humanos vemos más lo negativo que lo positivo… No somos hábiles diciendo a las demás cosas bonitas… ¡No obstante somos críticos de todo! Eso es lo que ataca la sicología positiva.
Cuando pienso en esta corriente, creo que es más un tema de moda… El concepto y la razón de vida de los seres humanos es el mismo. Tenemos la responsabilidad de ser felices. Ser felices para dar felicidad, para servir a otros.
¿Cómo se logra la felicidad?
El primer paso para entender este concepto y logra esa felicidad es conocerse a sí mismo a fondo, viendo el interior con amor y entendimiento que como criaturas divinas tenemos sombras y luces.
Quien no se ama a sí mismo, no desarrolla el amor por los demás y por lo que tiene a su alrededor.
Nuestros conocimientos adquiridos sólo incrementan nuestras habilidades, más no son la raíz de nuestro ser y de nuestras emociones.
El entender nuestra esencia nos permite llegar a saber nuestro propósito de vida y recordemos a Víctor Frankl, «una vida sin propósito no merece ser vivida». Todos tenemos un destino… Un objetivo de vida un propósito mayor, que ya no es sólo es personal sino tiene que ver con tu aporte a la sociedad, al valor mismo que con tu ser y talentos entregas
Pareciera que es esta una tarea fácil… No es cierto.
Ese encuentro profundo con lo que somos, la definición de esa razón de vida, y vivir acorde con ello nos permitirá estar en concordancia con lo que somos.
Allí radica la felicidad y el bienestar de los seres humanos. Alguien decía cuando uno se compromete con firmeza a cumplir su propósito, la Providencia le ayuda.
La experiencia vivida me demuestra que así es, Dios está conmigo y se pronuncia cuando camino por la ruta señalada…
Al encontrar el propósito de vida y seguirlo encontramos la felicidad, no es un tema de dinero, no de posición, ni de poder… Es una fuerza interior que nos alimenta y nos permite subir montañas no importa los obstáculos.
María Reina
Gerente
María Reina Consultores
0 comentarios