La longevidad, es un tema fascinante que ha capturado la atención de científicos, investigadores, médicos y personal de la salud. Esta se refiere a la duración de la vida de un ser humano y primordialmente a su calidad de vida durante este tiempo adicional que Dios y la vida nos regalan.
Hace unos años se decía que la longevidad era un tema de genética, circunstancia que es real pero su consideración en la equacion de la vida se ha definido hoy de sólo un 25%. Influyen más hoy, el estilo de vida y el medio ambiente o entorno en esta equación.
Indudablemente una dieta saludable, el ejercicio, no fumar y moderar el consumo de alcohol pueden contribuir a una vida más larga. De igual forma el acceso a la medicina, respirar un aire fresco, el contacto con la naturaleza y la calidad del agua derivan en un cuerpo sano y menos apto a infecciones que alteran el ritmo de vida.
Curiosamente hoy más que nunca la salud mental se atiende en demasía. La gente joven especialmente por el fenómeno de las redes sociales y al interés de aceptación está afectando la mente y por supuesto el cuerpo. La escala de valores y la pirámide de las necesidades influye de manera exponencial en estos nuevos estados de la mente, en especial de gente joven, afectando la calidad de vida y por el ende la duración de ésta.
Asi las cosas, y dado que se proyecta que para 2050, la población mundial mayor de 60 años alcanzará los 2.100 millones, tanto en el trabajo como en la sociedad y sus economías se obligan a prepararse por las implicaciones en el corto y mediano plazo del estilo de vida de los seres humanos.
De allí que el enfoque de “la ética del cuidado” se hace fundamental en las organizaciones y en la sociedad misma para generar conciencia en cada individuo, y en el todo para que además del cuidado de si mismo, exista un cuidado del otro y del entorno.
Trabajar en el clima laboral, la reducción del “burn out”, la retención del talento senior, el diseño de espacios de diálogo intergeneracional, la inclusión de personas mayores como activos en los procesos de innovación, los lugares de trabajo, el contacto con la naturaleza y la sinergia de equipos de edades diferenciales, son prácticas fundamentales en esta nueva era donde se vale “ser longevo” y apropiarse de una práctica que atrae el conocimiento vinculando personas con capacidad, sin importar la edad.
Hacer ejercicio diariamente, nutrir el cuerpo en la medida posible con alimentos no procesados, el ayuno intermitente, cultivar las relaciones significativas, dormir bien y en especial mantener una mentalidad positiva y abierta, tener un propósito universal de servicio, mantener una actitud de optimismo y gratitud, son principios o factores fundamentales en la calidad de vida. Yo diría que se envejece sabiamente sano.
La espiritualidad, como la hemos definido en artículos anteriores, como la luz interior que se conecta con el universo, con los demás, con la naturaleza, así como la capacidad de amar, perdonar y empatizar, hace parte de la ecuación, por su efecto en la salud cerebral.
El tema de la longevidad es un tema de auge no sólo en razón a que la esperanza de vida, le da a la vida, 25 años más, sino porque la transformación del entorno con tecnologías que se enfocan en la génetica, la medicina regenerativa, la inteligencia artificial aplicada a la salud,y el rejuvenicimieto celular están en auge y ya hay lugares en el mundo donde se puede acceder a éstas. La longevidad, según varios autores, “es un activo, no un problema”.
Se dice que “una sociedad que no cuida,no sobrevive”, una organización que cuida florece….. cuidar es construir futuro, valorar el aporte de todas las generaciones es y será un tema que nos atañe a todos.
En María Reina Consultores “del ser para el hacer” el tema de la longevidad es un desafío que nos obliga a transformar nuestro propósito. Queremos:
a) Ayudar a las personas a vivir una vida más larga y saludable, con nuestras prácticas de bien-estar.
b) Empoderar a las personas para que tomen el control de su salud y bien-estar, que vivan una vida mas plena y productiva.
c) Ayudar a obtener del inconsciente individual insumos que ayudan al flujo individual y grupal.
d) Generar “las zonas azules” en los espacios de trabajo que permitan la colaboración exponencial y el bienestar [1].
Tenemos un plan de acción diferencial con apoyo de alianzas con varios entes: Será muy especial que nos escuches.
Con cariño,
María
[1] Peter Diamandis, Andrew Scott, Aubrey de Grey , Anne Kenny
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