Tiene razón Amy Edmonson cuando habla de la seguridad psicológica como un atributo necesario en la creación de equipos de trabajo de alto desempeño, definido éste, como la característica de una cultura o entorno laboral donde los individuos sienten tranquilidad de expresarse y de co-crear con otros sin temor a ser callados o castigados por su expresión sincera; donde los errores se corrigen, pero no se reprochan y donde se permite la crítica y desacuerdos de manera respetuosa.
En un entorno de COVID, de un trabajo virtual, a el líder se lo invita a generar este entorno en sus equipos, no podemos prever el futuro, tampoco el empleo, tampoco la estabilidad, sin embargo, si se puede caminar para “lograr lo mejor de cada quien” enfrentar los desafíos con las habilidades y talentos y se potencializa la capacidad instalada.
De igual forma, el propósito, del cual hablamos en la carta pasada, se hace fundamental en el presente desafío; más allá del mismo, el líder debe lograr transmitir optimismo y apertura, debe plantear posibilidades y escenarios, que tranquilicen, motiven y comprometan a los colaboradores. Se prohíbe la queja sobre algo que se sale de nuestro control como dirían los estoicos. Por el contrario, la certeza y claridad de los escenarios y alternativas para maniobrar de un líder, a pesar de la incertidumbre, es mandatorio en esta “Nueva Normalidad.»
Hoy, más que resiliencia, se requiere coraje, estrategia y pensamiento sistémico para afrontar este panorama económico de menor demanda de manera asertiva y tomar las decisiones que se requieran con juicio y también con intuición.
En igual forma, más que colaboración, el líder debería promover la co-creación entre sus colaboradores, proveedores y agentes de influencia: se requiere del esfuerzo de muchos, de las mentes curiosas, innovadoras para salir, con una manera de hacer las cosas de manera diferente y quizás más alineada a un entorno adverso.
El líder que surge del COVID 19, no puede controlar los cierres y encierros exigidos por el gobierno, o generados por la expansión del virus, sin embargo, si es de su autoría y de su protagonismo velar por las personas a su cargo, por la cultura de su organización y por actuar con integridad de acuerdo a sus valores y a sus normas.
Se le exige al líder también, mucho autoconocimiento y control, que le permita medir resultados y también manejar sus emociones, expresar compasión, empatía y humildad a sus colaboradores, virtudes que hacen parte de un nivel de conciencia alto, y reflejan a quien trabaja en función del objetivo común, un propósito mayor y que claramente persuade para que sucedan las cosas de una manera extraordinaria.
El Covid-19, nos puso a prueba como líderes, como padres, como amigos, como parejas y como colaboradores para ser nuestra mejor versión, salir de la zona de confort y remar en corriente adversa.
Transformación individual vs Transformación en la organización
*Tercer artículo de una serie de 5 *
Una Organización no se transforma si sus individuos no cambian y no se alinean al objetivo mayor de la misma. Cuando esta alineación se da, resulta en una cultura poderosa y efectiva.
Como dice Fred Kofman “una cultura efectiva apoya la ejecución de la estrategia, para que los empleados se sientan elevados apelando su sentido de propósito y valores. Además, alinea los esfuerzos hacia un objetivo común».
Para transformar las organizaciones a través de sus individuos es crucial alinearse con los valores.
Los valores declarados por la organización son el marco de su cultura y en cada individuo de una corporación, debería alinearse a los mismos e integrar su comportamiento a los mismos. Se dice que el naufragio del TITANIC no habría generado tantas muertes si se hubiera declarado un orden en virtud de los valores [1]
Los valores son principios… la piedra angular de una cultura. Son creencias fundamentales para preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar del otro. Los valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. El estudio de los valores (axiología)… axis significa valioso, algo digno de honrarse.
[1] Hoy en MRC “ del ser para el hacer “ jugamos al ICEBER para aprovechar los valores de las organizaciones en el presente desafío.
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