Querido Sokei, lo esencial en esta vida es vivir. —Las palabras de Chojiro resonaban en la cabeza de Sokei una y otra vez—. Sokei, vive intensamente, trabaja cada pieza con amor infinito, sabiendo que, si la vida o si una pieza se rompe, podrás recomponerla de nuevo “ 

Inicio estas palabras mencionando apartes de un libro que me tiene fascinada y me llegó como una bendición en este momento presente [1] para hablar de liderazgo, tema que parece trillado pero que siempre es pertinente cuidar, definir y accionar. Yo fui educada en la época en que el líder era el rey, sus palabras había que obedecerlas y no era tan fácil opinar. Aunque ese estilo parece historia patria, en mis travesías empresariales encuentro que, en muchas organizaciones, este estilo, prevalece.

Tuve que vivir una inmensa transformación tras tocar fondo [2], para preguntarme qué tipo de persona quería ser, qué huella quería dejar y cuál era mi propósito de vida para navegar con un rumbo claro y con acciones inmediatas que me permitirán llegar, de la mano de Dios, y de personas maravillosas que se cruzaron en mi camino para facilitar ese cambio.

Solté el lápiz y el sastre, e inicié un camino de riesgo, pero con la infinita satisfacción que valía la pena el esfuerzo, el miedo que se nubla la zona de confort y el conocimiento que necesitaba para ese destino.

Hoy ya en mi momento actual, el que defino, como “caminar en la cima cuesta abajo”, como “milenial senior“, reflexiono mucho, me río y lloro a la vez de los éxitos, y de las sombras que surgieron en estos 15 años de crecimiento permanente y del líder que fui y el que debo seguir moldeando en continuo aprendizaje. Gracias a Dios y a la tecnología, queda camino por recorrer, si tenemos en cuenta que la esperanza de vida hoy es de 110 años y en mis 66 todavía me siento con ánimo de correr, hacer yoga y descubrir senderos.

Abordar el tema de liderazgo siempre es interesante. Leí recientemente el libro del “liderazgo imperfecto” de Juan Manuel Echeverry, libro que me gustó mucho por los 5 pilares recomendados para ejercer esa función, basados en su rica experiencia laboral y de vida, la cual describe de una manera auténtica, sencilla y muy agradable de leer en una sola sentada.

Sin entrar en debate sobre lo que significa el liderazgo, siempre es interesante preguntarse y reflexionar sobre las características y las destrezas que se requieren en este entorno tan incierto y tan impredecible para todos, en el país, en el mundo y en la familia.

Me atrevo a opinar y generar de nuevo en debate sobre el tema a quien le interese:

• Ser auténtico y coherente, quien no se ama a sí mismo, no puede ver a los demás con ojos sinceros y compasivos. El subconsciente nos hace trampas y nuestras críticas a los demás son una manifestación de nuestras inseguridades.
• Ser coherente con nuestra esencia y actuar en concordancia. Somos en parte lo que nuestros valores nos marcan y la coherencia con ellos y nuestro ADN, nos imprime nuestro verdadero “yo“.
• Capacidad de servicio, entendiéndose como la disposición genuina de dar de nosotros mismos, eso que nos ha dado Dios y el Universo en demasía, para dar sin esperar nada a cambio de los otros. La generosidad con humildad, sin tanta manifestación en las redes [3].
• La curiosidad, que surge de la gratitud hacia la vida y a la apertura positiva de que todo tiene su razón de ser y de ocurrencia. La naturaleza es el reflejo de ello, cada hoja tiene su color, cada nube y cada ola también. Las palabras tienen sonido y nuestros oídos son dos. El viento que se lleve las palabras necias y que nuestros oídos capten lo que vale la pena. Aprender de temas nuevos que no necesariamente tienen que ver con un rol del trabajo inspiran a nuestra mente y nos hacen regresar a nuestro estado de flujo. Un líder lee e investiga, actúa en escenarios desconocidos.
• La capacidad para entender a otros, o empatía que es tan diferente a la simpatía y que yo la define como la capacidad de abrazar a los otros, sin involucrarse emocionalmente, pero con el sentimiento genuino de apoyar al otro. Le empatía organizacional es una de las tendencias de recursos humanos del año 2024 y que convergen en el “bienestar”.
• Sensibilidad a la sostenibilidad ambiental, el mundo y su cambio climático no espera a que respetemos la naturaleza, el agua, la luz, los recursos, a que avancemos en la economía circular, a contribuir con la sociedad y con más relevancia en el entorno de la base del negocio. La basura inunda las ciudades, no hay cultura por el cuidado de las mismas [4].
• Riqueza y paz interior: la tranquilidad y coherencia entre la mente, el cuerpo y el espíritu dispone a cualquier ser humano a estar bien para hacer el bien.

La invitación es a abrir el debate sobre este tema y traer a colación algunos de los pensamientos de líderes en tiempo de guerra [5] como Churchill : “las actitudes son más importantes que las aptitudes”; “la falla de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles, sino importantes”; “tú creas tu propio universo durante el camino”; “un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad”; “el éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso, sin desesperarse”.

Con cariño

María Reina
Gerente
María Reina Consultores

[1] Kintsukuroi para curar las heridas emocionales
[2]  En el año 2006, siendo parte todavía del mundo corporativo internacional
[3] Cada día las visito menos. Las redes sociales tan necesarias nos hacen “ególatras“
[4] Cree en mi Bario actual un movimiento de voluntarios para “recoger basura “
[5] Estamos en un momento similar casi